Concluidos los procesos electorales y salvando honrosas excepciones, puede decirse sin temor a equivocarse, que habrá sorpresas; las urnas nos han dejado un panorama complejo por sus variopintos resultados que, sustancialmente, indican que para poder gobernar con estabilidad, en muchas Instituciones será indispensable pactar o llegar a acuerdos entre las distintas fuerzas políticas; el final del bipartidismo ha favorecido la presencia de mayor oferta política que, con algún que otro acuerdo de última hora, logrará llenar los distintos escalones del poder político, y no serán pocas las veces que ganando unos las elecciones, otros conformarán mayorías suficientes para gobernar.
Se conoce ya el calendario para la formación de gobiernos: El próximo 15 de junio se constituyen los Ayuntamientos, y en el plano autonómico el dia 21 de junio se constituyen las Cortes de Aragón, y después vendrán las Comarcas y Diputaciones.
Con sus singularidades, cada legislatura es importante y la que pronto dará comienzo también va a serlo. Nos interesan los Ayuntamientos y sea cual sea su composición, es muy deseable que la experiencia de cargos que hayan sido reelegidos y la entrada de gente nueva, ansiosa e ilusionada por trabajar por su pueblo, construya una buena combinación que traerá solidez a los debates y aportará beneficios a la acción municipal, y quizás, también alguna que otra decepción, que también forma parte de la gestión local, y todo ello, buscando siempre la moderación, incluso la humildad, al debatir con rigor los temas que luego han de pasar por el plenario.
Más aún: Debe rearmarse el sentido común y recuperar por encima de intereses de partido, recuperar, repito, la cultura de la idea, la propuesta, la negociación, la transacción y el acuerdo, apurando al máximo las posibilidades de alcanzar el consenso en la mayoría de los asuntos sometidos al debate plenario. Porque los espacios políticos en ciudades pequeñas y pueblos, no deberían servir necesariamente a sus postulados ideológicos, ni pueden convertirse en un muro infranqueable en la toma de decisiones.
En los pueblos todos conocemos cuales son nuestras necesidades, nuestros puntos débiles y también nuestras potencialidades, y en consecuencia, sabemos cuales son los grandes asuntos y prioridades que la población demanda, de ahí que deberíamos acometerlos con claridad de ideas, decisión y unidad de acción, asuntos que, sin duda, giran alrededor de la gestión que apueste y luche por conseguir progreso y una mayor calidad de vida de la ciudadanía en todos los órdenes, social, económico y cultural, sin perjuicio del seguimiento y buen funcionamiento de los servicios públicos gestionados por otras administraciones .
Cuatro años por delante para trabajar con intensidad, compromiso y gestionando con lealtad y eficacia la vida municipal en beneficio del interés general. Con estas actitudes, llegaremos a buen puerto.
Joaquin Tejera
Junio 2019
Artículo publicado previamente en La Voz del Bajo Cinca